Movilizar el aula: el desafío de los teléfonos inteligentes en educación.

Se estima que tres de cada cinco personas utilizan teléfonos móviles con regularidad. En unos años más, el 60% de estos usuarios tendrán acceso a teléfonos inteligentes con acceso a Internet. La mayor parte son jóvenes en edad escolar. Para la mayoría de la población escolar de Iberoamérica, disponer de un dispositivo móvil con capacidad de correr aplicaciones, establecer comunicaciones y conexiones digitales se ha vuelto algo común y frecuente. Aunque permanecen importantes sectores sociales que no cuentan con esta oshutterstock_381970378portunidad, esta brecha seguirá disminuyendo significativamente durante los próximos años.

¿Por qué los dispositivos móviles son tan apreciados por las nuevas generaciones?

Los celulares nacieron para ampliar las funciones de los teléfonos de línea fija, pero los adolescentes y jóvenes los utilizan para satisfacer nuevas y múltiples necesidades donde la comunicación telefónica tradicional representa un mínimo porcentaje del uso. Los dispositivos digitales móviles son para las nuevas generaciones una extensión natural de sus capacidades. No conocen un mundo sin celulares y toda la información disponible está al alcance de sus manos en el momento que lo requieran. No necesitan retener datos o información básica, que antes solía alojarse en la memoria, porque ahora está almacenada en el Smartphone.

Los teléfonos móviles son poderosas cámaras fotográficas y de video, consolas de videojuegos, asistentes personales para el desplazamiento georreferenciado en la ciudad, calculadoras de diversas complejidades dependiendo la operación matemática que deba resolverse, traductores simultáneos, canales de diversos formatos de contenidos a demanda, ventanas para interactuar en distintas redes sociales, agendas, directorios telefónicos, enciclopedias y a veces…teléfonos.
Portar e interactuar con un teléfono inteligente, es para la mayor parte de los jóvenes una experiencia natural y cotidiana. Para un porcentaje significativo, es también una necesidad básica.

Celulares en el aula, un problema no resuelto.

Para el sistema educativo la tenencia de dispositivos móviles por parte de los estudiantes es un problema. La mayoría de los reglamentos o normativas de los colegios establecen que no está permitido llevar celulares y que en el caso que los alumnos sean sorprendidos usando uno de estos dispositivos, el teléfono quedará “requisado” hasta que lo venga a retirar un adulto responsable. Esta norma es insostenible y casi imposible de hacer respetar.

El primer obstáculo para aplicar la prohibición, es la imposibilidad logística del establecimiento de almacenar y gestionar la devolución de los dispositivos. El segundo obstáculo son los propios familiares de los estudiantes, quienes son los que financian en la mayoría de los casos esta tecnología y para quienes la comunicación permanente con sus hijos es una necesidad prioritaria. El tercer obstáculo es el reconocimiento por parte de muchos educadores, del valor instrumental y transversal que tiene para los alumnos (y ciertamente para muchos docentes) el acceso a la información que se almacena en los dispositivos y las funcionalidades que prestan en múltiples áreas de la vida cotidiana.

Además de la regulación de la tenencia, para muchos establecimientos el uso de los celulares en el tiempo escolar representa una amenaza para la gestión académica al introducir en el aula un recurso que genera distracciones, atenta contra la privacidad y puede incentivar malas prácticas por parte de los estudiantes.

¿Qué hacer entonces con los dispositivos móviles en el aula?

La respuesta es simple, básicamente se debe realizar lo que mejor sabe hacer la escuela: educar.
Las habilidades que muestran las nuevas generaciones en el uso funcional de los dispositivos móviles, no implican necesariamente que los estudiantes tengan las competencias para el uso adecuado y de valor agregado de las oportunidades que ofrecen los teléfonos inteligentes. Y el uso adecuado, no implica necesariamente que estos aporten a los objetivos de aprendizaje que debe alcanzar las comunidades educativas.

En este ámbito las posibilidades van desde la formación ética, que se relaciona con el respeto por la intimidad y privacidad, el derecho a la propiedad intelectual, la empatía con otros, hasta los usos curriculares que pueden hacerse de los dispositivos para transformarlos en recursos para el aprendizaje, cuando se insertan orquestadamente en una planificación de clases.
Los alumnos están produciendo textos en sus dispositivos móviles, lo que ofrece una oportunidad de exploración de estilos y formatos de expresión escrita.
Los estudiantes están capturando imágenes a través de poderosas cámaras fotográficas disponibles en sus móviles, lo que ofrece la oportunidad de profundizar conceptos en artes visuales, creatividad y comunicación.

Los alumnos buscan permanente información en sus teléfonos inteligentes conectados a Internet, lo que demanda el desarrollo de habilidades de análisis, comparación de fuentes y criterios para la selección de contenidos.

Los jóvenes saben como descargar e instalar en sus dispositivos aplicaciones específicas que podrían transformar a sus celulares en herramientas para el aprendizaje, laboratorios para ciencia, simuladores, instrumentos musicales o herramientas para la capturas de diversos datos.

¿Cómo integrar estas oportunidades móviles al aula?

Para incorporar los dispositivos móviles en el aula, necesariamente hay que innovar respecto a las formas tradicionales de enseñanza. Esto es factible de realizar siguiendo tres pasos claves.

Primero, es fundamental establecer acuerdos de uso que “gobiernen” el modo que los estudiantes podrán ocupar sus teléfonos inteligentes en el aula y en el establecimiento. Un buen comienzo es modificar los reglamentos internos dejando de sancionar el porte de los dispositivos, para promover en tono positivo el uso adecuado y respetuoso de los Smartphone en el colegio y en el aula. La preparación del nuevo reglamento debe considerar el respeto por la intimidad, la privacidad, el uso seguro y el cuidado de la propiedad intelectual.

Segundo, es importante planificar el momento en que el uso de los dispositivos y sus aplicaciones será pertinente y agregará valor al programa de la clase. No se trata de ocupar los dispositivos móviles solo por que están disponibles. En una clase de matemática pueden ser utilizados como calculadoras al momento de corregir una guía de trabajo, pero también como laboratorios aritméticos utilizando algunas funciones específicas (ejemplo la constante aditiva que se produce al continuar presionando el símbolo “=” luego de una adición). En una clase de lenguaje el uso del diccionario en línea puede servir para que los estudiantes busquen diversos significados para palabras homónimas y luego comparen resultados. En cualquier caso, siempre será importante identificar con anterioridad los objetivos didácticos que el uso de los celulares cumplirán en la planificación.

Tercero, es clave graduar la incorporación de los dispositivos desde uso básicos (calculadora, diccionario) hacia usos más complejos y sofisticados de tal forma de ganar experiencia en innovaciones que modifiquen la forma cómo se aprende en el aula. Existen plataformas que hoy permiten transformar el uso de los celulares en ambientes colaborativos de aprendizaje y que ofrecen a los establecimientos contenidos curriculares, modelos pedagógicos y sistemas de retroalimentación que respetan ritmos y estilos de aprendizaje otorgándole al docente herramientas para un liderazgo pedagógico efectivo. Estas soluciones requieren por parte de la escuela un esfuerzo de innovación sostenido.

Movilizar el aula implica reconocer que el uso de los celulares en la sala de clases debe ser una oportunidad y no un problema. Aceptar que estos dispositivos y sus prestaciones, forman parte de la vida cotidiana de los estudiantes y ciertamente de muchos docentes, implica también reconocer que son una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos pedagógicos de la educación del Siglo XXI.

Artículo publicado originalmente en Eduforics.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.