El texto digital: lo importante es la experiencia.

Apple lo hizo de nuevo. Desde que trascendió el nuevo anuncio con foco en el mundo de los textos para educación, los rumores no se han detenido. ¿Por qué ha generado tanta expectativa este nuevo producto/servicio?

Sin duda, por el liderazgo que esta empresa ha tenido en la innovación de mercados como la música, las interfaces táctiles y los servicios en la nube. Ahora toca el mundo de los libros escolares. Pero también, porque sabemos que el texto escolar tal como lo conocemos, está llegando al fin de una era, una gran era.

La disponibilidad de múltiples fuentes de información en línea, las oportunidades de los formatos digitales, las apuestas pedagógicas por el respeto e incentivo a las diversas formas de aprender, sumados a las necesidades de incrementar la eficiencia y eficacia de los recursos para el aprendizaje, son elementos que presionan con fuerza el cambio hacia un nuevo concepto de texto escolar.

¿Cómo va a ser el texto digital?

El texto del futuro, no va a ser un texto. La próxima generación de lo que llamamos hoy “texto digital” se va a sostener sobre tecnologías de almacenamiento y software, que los mantendrán permanentemente disponibles en la nube. Sus usuarios podrán acceder a sus contenidos, independiente del dispositivo que lo soporte y la interacción estará facilitada por aplicaciones que enriquecerán la experiencia de estudiantes y docentes.

Los contenidos se caracterizarán por ser interactivos y favorecerán el trabajo colaborativo para el aprendizaje, en modalidades presenciales y remotas. En la medida que se interactúe con la oferta de recursos, esta irá volviéndose experta y adaptativa, pudiendo reconocer características de cada aprendiz y proponiendo desafíos y metas asociadas a sus estilos de aprendizaje.

Lo más importante no va ser el cambio de formato o medio de distribución de los contenidos, va a ser la experiencia de aprendizaje que estos recursos van a generar en sus usuarios.

El texto digital no será un producto, será un servicio.

Para quienes trabajamos en el desarrollo de contenidos y servicios educativos, esto representa un gran desafío y una gran oportunidad. La producción de los nuevos textos supondrá la participación interdisciplinaria de muchos talentos, junto con la necesidad de establecer vínculos permanentes con los usuarios, los que a su vez se convertirán en coautores y editores de los contenidos al preferirlos, desecharlos o localizarlos de acuerdo a sus intereses.

Para los docentes, la incorporación de este texto digital también representará una nueva oportunidad y un gran desafío. Tendrán más y mejores recursos para gestionar su labor en el aula y a la vez, contarán con más información para tomar decisiones y elaborar planes de trabajo específicos. Muchas tareas podrán ser automatizadas, para dar más tiempo a fortalecer el rol mediador del profesor, en el proceso de aprendizaje de sus alumnos.

Pero no hay que confundirse, el texto (analógico o digital) y las nuevas herramientas que Apple y otros entreguen para mejorar su desarrollo y distribución, sigue siendo nada más ni nada menos que un recurso para facilitar el aprendizaje. Potencia y optimiza, pero no reemplaza la labor y aporte que los educadores y familias tienen en el acompañamiento a cada estudiante. Más y mejores recursos para la educación, suponen también, más y mejores destrezas para utilizarlos y aprovecharlos dentro y fuera del aula.

En definitiva, en educación sigue siendo más importante la calidad de la experiencia de aprendizaje que los recursos que la facilitan. Bienvenidas entonces, las nuevas herramientas que incrementen nuevos y mejores ambientes para el aprendizaje.

Post publicado también en Blog de La Tercera.

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